A menos que estén cegados por la lujuria, no salen adelante; son culpables los que abandonan sus deberes y ablandan su corazón, es decir, sus trabajos. Pero para que veáis de dónde nace todo este error de quienes acusan el placer y alaban el dolor, abriré todo el asunto y explicaré las mismas cosas que dijo aquel descubridor de la verdad y, por así decirlo, arquitecto de la verdad. una vida feliz.